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Tecnica-decap está promovido por Alexandro Energys

LA ENERGÍA VIBRANDO EN NUESTRA CIVILIZACIÓN

El cuerpo es el envoltorio de un regalo. Un cofre que contiene el tesoro. Se trata de una unión inseparable que sucede durante la estancia en la Tierra: cuerpo y alma. ¿Estamos de acuerdo? ¿Estamos de acuerdo en que el cuerpo y el alma son inseparables durante nuestra existencia humana?

El mundo se convierte en una polaridad, si atendemos únicamente la tercera dimensión. Pero se trata de una unidad multiplural, si lo examinamos desde la quinta dimensión. El alma se convierte en una energía que va más allá del cuerpo. En la actividad simultánea de la energía, que nos sitúa en los mundos paralelos y las realidades alternativas.

La expresión sensible de lo intangible que deviene acto, hecho, evento, historia. Porque dentro del espacio y el tiempo en la Tierra, existe el sentir que se transforma en palpitar. Palpitar que transmuta a cosa visible y medible, es decir, tangible.

Sin embargo, resulta que en muchos casos, dicha expresión del espíritu que habita al ser humano, no equivale a la verdad gozosa, bella y consciente de su voluntad y alegría inherente en la vida, plasmada en su existencia humana.

El estado natural de la esencia genuina, no está resultando la consecuencia perfecta y excelsa, original y primordial, a causa de las diversas influencias que manipulan y corrompen la vibración de la energía. Es decir, que la expresión del alma que manifiesta los atributos cósmicos, se ve truncada, afectada, lastimada, reprimida.

Aquello que le corresponde a cada hombre y mujer del planeta, a lo que está destinado el ser humano como habitante de la Tierra, no está siendo su potencialidad en acción. Por consiguiente, su completa totalidad, a falta del empoderamiento ante el Sistema u orden mundial que limita la vibración, resulta quebradiza e incompleta.

Pero sigue siendo cada ser humano un tripulante de la nave espacial que transita por el cosmos, muy a pesar de cualquier élite camuflada entre las sombras. El ciudadano cósmico está predestinado a emerger y trascender en la civilización de su especie.

El alma, como la posibilidad de manifestación de la energía del ser humano, es una verdad hermosa. La voluntad consciente del ciudadano, se origina en la vibración interna del cuerpo saludable. Sin embargo, no hay ninguna posibilidad de vibración, si previamente no existe el abandono de la tercera dimensión y el cese de la dualidad que la caracteriza. ¿Somos cuerpos con alma o almas que habitan los cuerpos de carne y hueso?

Esta pregunta de fácil respuesta, se convierte en un jeroglífico abstracto para los adolescentes que han nacido con el presente siglo. Se extrañan ante la pregunta que no cabe en la tecnología que marca sus días y sus horas y cada milésima de segundo.

La dualidad del cuerpo y el alma aparece en la Grecia de Pitágoras. También esta noción de separación está presente en la India de Gautama. Filosóficamente, la diferenciación entre uno y otro, se deja ver claramente en los presocráticos, y se muestra ya articulada en Platón, y más concretamente, con Aristóteles.

Pero el cuerpo, nunca es una tumba para el alma. La corporeidad de la energía, jamás puede, ni debe ser experimentada como una identificación con lo material, que causa tentaciones e influencias negativas en la vida. Es posible corromper el alma, dado que es una extensión de lo etéreo, en el plano dimensional del planeta Tierra.

El lenguaje de ese cuerpo que envuelve al ser humano, a veces, tiende a ser la marginación y el maltrato del “ser”. En algunos casos, es repudiado porque no encaja en los patrones de la época. Incluso es víctima de la cirugía estética, que habla de la imagen de plástico que conviene para cumplir los estándares programados. Por lo que la manera de “estar” del alma en el mundo, se ve violentada severamente.

Evitar el cuerpo y su viaje por el mundo, a menudo es temido y corregido. Quiere arreglarse la vejez y repararse una supuesta fealdad plagada de arrugas. También el género y el sexo, a través de procedimientos químicos, además del quirófano. Estas tendencias están presentes en diversos países, aunque no son la mayoría. ¿Amenaza el comportamiento descrito la espiritualidad del individuo?

Actualmente, no solo hay hombres que se sienten atrapados en cuerpos de mujeres y viceversa. Lo alarmante resulta que cada vez hay una vinculación mayor con la tecnología. Los objetos de silicio, están siendo implantados en los cuerpos de los ciudadanos. Cada vez hay más personas que quieren tener piezas sintéticas y metálicas, como extensiones, que transforman sus cuerpos, así como el alcance de sus habilidades.

Esta circunstancia significa darle prioridad a los avances tecnológicos del grafeno y la neurociencia que fusiona ARN e inyecciones genéticas, antes que dinamizar la espiritualidad creativa que hace vibrar la energía del ser humano.

Programa de humanidades ÉXODO afirma que se trata de algo artificial, que se ha provocado deliberadamente desde la ingeniería social. El propósito es aniquilar cualquier expresión del alma. Cualquier matiz de la capacidad innata que está impresa en el ADN.

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Alterar y modificar, retocando los aspectos físicos, sin duda resulta un alejamiento del alma y de la energía que puede experimentar el ser humano a través de la vibración. Los beneficios que puede experimentar la civilización y la especie entera, quedan recortados.

Se socavan los atributos cósmicos. Se aparta a los hombres y las mujeres de su oportunidad de existir en el mundo a plenitud de facultades. Se los empuja a retirarse de la esencia pura de su vitalidad, así como de la capacidad de vibrar en sociedad. Me refiero a la Sociedad Mejorada, nunca a la sociedad enferma de nuestros tiempos. Jamás a la sociedad que impulsa a dicha transgresión del ser y a la transformación en la manera de estar.

La desarmonía actual, con tintes de paranoia o esquizofrenia, proviene de los estereotipos forzados que se imponen a golpe de látigo cibernético. Tanto como la debilidad acuciante, que niega la defensa de las propias características naturales. Me refiero a la fragilidad ante la lealtad a uno mismo. La persona se rebaja y se prostituye, aceptando máscaras y uniformes. Se traiciona la esencia para agradar desde el ego prefabricado, sometiéndose a las directrices del Sistema y las modas culturales programadas. Hombres y mujeres practican la hipocresía consigo mismos, como un acto de grave negligencia.

Pero sigue siendo cada ser humano una célula, del hermoso organismo vivo llamado raza humana, a pesar de que insistan los actos de adoctrinamiento. Ya se que provengan de la publicidad o desde la narrativa oficial de las instituciones.

El alma como la opción de proyectar la esencia pura y genuina del ser cósmico que somos, es la salvación para nuestra especie ante la invasión de la Inteligencia Artificial.

El cuerpo jamás debería considerarse una máquina. Pero el estilo de vida lleva a confundir a los niños y los jóvenes que se vuelven adultos, y constituyen las bases donde se asienta la actual sociedad (enferma por esquizofrenia y paranoia, no por covid-19 y pandemia). Enferma de miedo. Enferma, por negar el amor incondicional. Enferma por sabotear su potencial.

El espíritu del cuerpo, nunca debería ser sustituido por el trono del Ego. Jamás debería anteponerse a la mente, antes que la vibración. Dotar al cerebro y el pensamiento de fuerzas que en absoluto posee, es la base de la influencia negativa que manipula. La trampa está en el auge de lo científico y el comité de expertos, que le atribuyen a la persona su condición mental como centro neurálgico de su existencia. Entonces deja de ser -ser humano- y pasa a convertirse en conejillo de laboratorio al que dotan de distintos grados de inteligencia. Se magnifica lo intelectual, en detrimento de aspectos como la sensibilidad y la bondad y la empatía y el afecto, que radican en el alma.

Lo biológico y lo físico, nunca logran sustituir a la energía y su capacidad para proyectarse, por lo que se levantan los muros del laberinto de la ignorancia, donde el Sistema encarcela a los ciudadanos a los que entretiene y distrae con las ilusiones que rigen su comportamiento. Distorsionando la opción para SER (completamente y en su Totalidad) y ESTAR (a plenitud de facultades y con total significación) en la Tierra.

La ciencia y la sanidad institucionalizada, que inventa enfermedades para vender medicamentos y mantener sedados a los ciudadanos, sirve para que hipnotizados, adoren el pensamiento único que proviene de los programas que implanta el Sistema desde las herramientas que sirven para confundir y someter.

Leyes y autoridad, policía y multas, jueces y cárcel, son herramientas que ilustran la guerra contra el espíritu y la naturaleza humana.

Se diseña y se controla el funcionamiento. Se vigila y se reprime, a quienes no colaboran con la maquinaria que rige el mundo que se ha vuelto artificial y mecánico.

Por consiguiente, las nuevas generaciones, cada vez con mayor rigor, niegan sus almas, porque desconocen la totalidad de su ser, presos en la inercia y la rutina exigida.

La obligación forzada que viene impresa por la propia familia que inculca valores y tradiciones, consigue que el espíritu se automatice y que las vidas sean robotizadas.

El ser humano del siglo veintiuno, jamás experimenta su humanidad, sobre todo porque desde la cuna se lo agrede, para que exista la desconexión del espíritu universal y, la fuente o monada queda arrinconada. Se derriba el alma que queda asfixiada, al enchufarse a cada individuo al sistema que arrolla las almas humanas. Todas las almas pierden su individualidad y autenticidad, extraviando la esencia misma de su destino y condición.

El cuerpo humano se convierte en una máquina, susceptible de pagar peajes en la autopista de la vida. Una máquina obligada a pasar revisiones y disponer de permisos suficientes para circular, solamente por las áreas establecidas y autorizadas. Hombres y mujeres son monitoreados bajo la tutela de una tiranía innecesaria, si no es para someter y humillar, logrando vidas miserables, en vez de existencias humanas con la Totalidad en acción.

Se fue descartando la consciencia, porque nació la ciencia que todo lo mide y etiqueta y patenta, bajo el escrutinio de lo legal, que garantiza el negocio y la explotación. Por lo que el ser humano, se ha convertido en una pieza, igual a muchas otras piezas que encajan en la maquinaria del Sistema. Una pieza que fácilmente se desecha por otra exactamente igual. Un autómata que se olvida que tiene la oportunidad sagrada de la plenitud.

Las personas se convierten en súbditos y esclavos de los propietarios del Sistema. Los amos del mundo que llevan décadas haciendo lo que quieren, cuando quieren y donde quieren. Todas las veces que se les antoja. Sin que les afecten las leyes o la presencia policial. Operando con mayor presencia en el mundo virtual que, cada vez más, está dibujando las líneas de la dictadura digital.

Pero sigue siendo cada ser humano una parte vital que se refleja en la sociedad que bien puede mejorarse desde la base, muy a pesar de cualquier institución y gobierno que reclame atención y sumisión de su pueblo, mientras se somete a las directrices de los organismos internacionales y el Gobierno Central Global.

El alma como la oportunidad de expandir la energía cósmica en la Tierra, es una verdad hermosa, que viene articulada por la voluntad consciente. Por la claridad del Libre Albedrío. Por la responsabilidad de la propia existencia humana. Por el compromiso por la vida digna.

Hay un lazo invisible que nos une al universo. Uni verso. Uno, solo, hermoso, verso. Unidad. Conexión. Vinculación. Sinergia.

Se ha intentado cortar el cordón umbilical que une al ser humano con el cosmos. Se aniquilaron los dones naturales, a los que se denominaron derechos, que los Estados y los gobiernos dan o le quitan a la gente, en función del interés para salvaguardar su poder y, así, garantizar el abuso, cuyas ventajas se sustentan en la constante explotación.

El don es algo natural, inalienable, imposible de extirparle a nadie. El derecho es algo artificial que se sustenta por ley, con la vigilancia policial y la amenaza del castigo.

Nacemos con la posesión de la propia vida, así como la consciencia, que no es con la ciencia, a lo que nos abocan: ese medirlo todo desde lo intelectual y lo científico, en vez del sentimiento de lo energético. Nacemos además con la alegría innata, y, por supuesto, con el libre albedrío. Pero el concepto de -libre albedrío- se cambia. Lo varía el Sistema, indicando algo que denomina “libertad”, y que está sujeta a las leyes vigentes. Un engaño. Un error fatal. El fraude institucionalizado, que es aceptado por gran parte de la población mundial. Igual que es aceptada la idea de felicidad, en vez de aprovechar la alegría que está implícita en el alma humana. Un alma que no requiere materialidad. No necesita objetos y posesiones.

Se trata de la tergiversación permanente de las cosas. El libre albedrío equivale a voluntad consciente, es decir, una actitud saludable que proviene del diálogo interno, que a su vez, da lugar a una conducta que es fiel a la propia esencia, afín con la naturaleza humana. Nunca puede traducirse así, el concepto de libertad, que baraja el Sistema.

Jamás debe considerarse la libertad, sinónimo del libre albedrío. El sinónimo de libertad podría ser la emancipación. Es decir, que una persona es libre porque no está en la cárcel. También se libera el joven ciudadano que se emancipa de su familia. Sin embargo, los sinónimos para libre albedrío, solo pueden ser la independencia y la autonomía.

Se libera al que se rescata. Es libre el que sale de la prisión o escapa de la cárcel. Libertad, tiene más que ver con prohibición, condena, retener a la fuerza, sometimiento y esclavitud. Pero el libre albedrío no puede encarcelarse o rescatarse. Si pudiera hacerse, es porque no se trataría del libre albedrío original. Sería una tergiversación de su definición, de la verdad de su naturaleza.

En conclusión, libertad y libre albedrío, son términos y conceptos distintos. Cuestiones muy diferentes la una de la otra. Si el Sistema recorta la capacidad humana para obrar, si reduce los movimientos ciudadanos y reprime el flujo libre de la energía de las personas, entonces se trata de una ofensa al ser humano. Una agresión lamentable, cuya lógica es alimentar el poder para el mayor abuso de la autoridad posible.

Si la voluntad se coarta, si la decisión libre se penaliza, si las decisiones deben basarse en las normas y las reglas que la autoridad establece para su fortalecimiento y la opresión ciudadana, ¿dónde queda la libertad? ¿Hay espacio para la consciencia y el libre palpitar?

La responsabilidad y consecuencia de los propios actos, le corresponde a cada hombre y mujer del mundo. No tiene ningún sentido que la asuma un gobierno o Estado. Pero la forma de actuar ciudadana, el comportamiento permitido y aquel que puede ser sancionado, es dirigido por el Sistema. Está organizado bajo el amparo de una Ley injusta que protege la policía y el ejército, mientras las agencias de inteligencia y la red de Internet, vigilan y controlan cada movimiento de la población del planeta.

Las adictivas redes sociales son grietas por donde se cuela la influencia negativa. Los algoritmos trabajan las 24 horas para cumplir la misión de la Inteligencia Artificial.

¿Los hombres y mujeres del mundo están sometidos a la voluntad represora de los Estados y las religiones?…

¿La autenticidad y originalidad, deben ser la base del libre albedrío de los hombres y las mujeres del mundo?…

¿La disciplina y el comportamiento de las personas, debe ser la libertad única y exclusiva que gobiernos y profetas y gurús empresariales o espirituales, establecen como normas y reglas?

El libre albedrío es la ausencia de gobierno externo. La ausencia de obligaciones impuestas. La ausencia de actos forzados que pueden ir en contra de las propias ideas. La capacidad de obrar, según los principios y las convicciones de cada uno, en defensa de la lealtad al alma y la energía que vibra con la bondad del amor incondicional, ¿es posible en nuestra época?

En definitiva, libre albedrío es la “anarquía del alma” capaz de diseñar alternativas creativas para la innovación social. Ninguna ley o autoridad institucional o cuerpo policía o rango militar, deberían quebrantar la voluntad consciente y responsable que respeta la Ley Natural: nunca jamás, bajo ningún concepto, dañar o perjudicar a un ser vivo (árboles y montes y ríos incluidos).

El libre albedrío es la expansión de la premisa cósmica: todo es una y la misma sola cosa ¡energía! Desde el alma que no contiene maldad o negatividad, es que los ciudadanos cósmicos se expresan. Manifestando dones y talentos. Proyectando los principios humanistas y, así, es como se expande la energía cósmica en la Tierra.

No es viable el LIBRE ALBEDRÍO descrito en la tercera dimensión, donde la sociedad enferma existe para agradar y doblegarse ante la presión que ejerce el Sistema.

¡La manipulación es obvia! Pero someterse deviene lo más usual. Demasiadas personas lo ven normal y lo hacen habitual. Resulta muy cotidiano para los hijos que miran a sus familiares e imitan a los mayores. Los niños comprueban que así se comportan los adultos a su alrededor. Se acostumbran a la realidad que cada década da una vuelta de tuerca, para continuar masacrando a los seres humanos, convertidos en mecanismos robotizados del Sistema. Autómatas que se alinean con la Inteligencia Artificial, igual como si fueran dispositivos electrónicos.

Alejados del origen y la fuente o monada, aquellos que muy en el fondo disponen de sus atributos cósmicos, carecen de la oportunidad de una vida con significado, a menos que realicen cuatro actos fundamentales. Porque la actualidad dispone de una solución viable. Cuyo itinerario es el siguiente:

UNO.- Despertar y tomar consciencia de la naturaleza cósmica (abrazarse por dentro).

DOS.- Activar el alma y desplegar los dones naturales y los talentos particulares (conciliación con la esencia).

TRES.- Practicar los principios humanistas, tras comprender la única ley y la premisa cósmica (segundo nacimiento).

CUATRO.- Mutar, trasladarse a la quinta dimensión. Para vivir en armonía, con plenitud de facultades y significación durante el viaje existencial por la Tierra (vibrar).

Esta es la tarea: aprender a vibrar, tras comprender quienes somos, para qué estamos aquí, y cómo podemos ser de utilidad para nuestra especie. Cooperando con la raza humana y el conjunto de elementos de la Naturaleza presentes en el planeta azul, Gaia Agartha Tierra.

Cada ciudadano es una célula del organismo vivo llamado raza humana. Todos y cada uno somos importantes. No hay unos que son mejores que los otros. No existe nadie peor que otra persona. Cada quién mantiene sus habilidades y destrezas. Todos hacemos que nuestro planeta se mueva, que la historia de nuestra civilización viaje en el tiempo y el espacio.

Regresar a nuestra esencia es lo que requiere la época actual. Evitar continuar como cómplices de un Sistema que ahoga las almas, dañando la energía y perjudicando a los ciudadanos del mundo.

Reparar la tendencia autodestructiva, esta es la gran oportunidad. La sociedad que se mejora a sí misma, sin la imposición de una autoridad arbitraria, deviene una alternativa saludable para construir juntos un mundo pacífico y solidario donde la ayuda recíproca sea el impulso de las relaciones humanas.

El proceso de deshumanización, únicamente prospera, si cada uno lo permite. Si toleras la presión de la -decisiva década- que nos toca vivir, estás muy cerca del autómata y la pasividad, a años luz de la dinámica de la espiritualidad creativa de aplicación práctica (Técnica DECAP).

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